Existen similitudes y diferencias
entre talentos y dones espirituales. Ambos son regalos de Dios. Ambos
incrementan su efectividad con el uso. Ambos son para ser usados en beneficio
de otros, no para propósitos egoístas. 1 Corintios 12:7 dice que los dones
espirituales son otorgados para edificar a otros... no a uno mismo. Así como
los dos grandes mandamientos tratan de amar a Dios y a los demás,
consecuentemente, uno debe usar sus talentos para ese propósito. Pero los
talentos y dones espirituales difieren en a quién fueron dados y cuándo. A una
persona (sin importar su creencia en Dios o en Cristo), le es dado un talento
natural como resultado de una combinación genética (algunos tienen una
habilidad natural para la música, arte, o matemáticas) y su medio ambiente
(crecer en una familia musical lo ayudará a uno a desarrollar un talento por la
música), o porque Dios deseó dotar a ciertos individuos con ciertos talentos
(por ejemplo, a Bazeleel en Éxodo 31:1-6).
Los dones espirituales son dados a los creyentes por el Espíritu Santo
(Romanos 12:3, 6) al momento de poner su fe en Cristo para el perdón de sus
pecados. En ese momento el Espíritu Santo le otorga al nuevo creyente el o
los dones espirituales que Él desea que tenga (1 Corintios 12:11).
Mientras que con frecuencia uno
puede desarrollar sus talentos y más tarde dirigir su profesión o pasatiempos
alrededor de ellos, los dones
espirituales fueron dados por el Espíritu Santo para edificar a la iglesia de
Cristo. En ello, todos los cristianos deben formar una parte activa en la
expansión del Evangelio de Cristo. Todos son llamados y equipados para
involucrarse en la “obra del ministerio” (Efesios 4:12). Todos son dotados para
que puedan contribuir a la causa de Cristo, en gratitud por todo lo que Él ha
hecho por ellos. Al hacerlo, ellos también encuentran su realización en la
vida, a través de su labor por Cristo.
Don. Según la RAE (Del lat. donum).
1. m. Dádiva, presente o regalo.
2. m. Bien natural o sobrenatural
que tiene el cristiano, respecto a Dios, de quien lo recibe.
3. m. Gracia especial o habilidad
para hacer algo. U. t. en sent. irón.
Talento. Según la RAE (Del lat. talentum, y este del gr. τάλαντον, plato de la balanza, peso).
1. m. inteligencia (capacidad de
entender).
2. m. aptitud (capacidad para el
desempeño o ejercicio de una ocupación).
3. m. Persona inteligente o apta
para determinada ocupación.
Hermanos, es necesario
examinarnos y ser honestos con Dios y con nosotros mismos. Hoy en día existen
muchas personas llenas de buenas intenciones para servir a Dios con sus
talentos, pero se olvidan de dejarse guiar, instruir, y moldear por el dador
del don para ejercerlo.
Cuando buscamos honestamente y de
corazón la presencia de Dios, amarlo por encima de cualquier persona o cosa, amando
su Palabra y ejerciéndola en nuestras vidas, entonces estamos desencadenando en
nuestro ser la presencia del Espíritu Santo, quien nos regala el don o dones
que desea en nosotros para desempeñar nuestro ministerio.
De no existir esta conexión con
Dios, en la búsqueda de una intimidad con Él y a través de su Palabra, entonces
sencillamente no tenemos nada que decir, nada que aportar. Seremos simplemente
copias baratas de algún tipo de manifestación talentosa, nada más.
Sólo el Espíritu Santo nos da la
llenura, el don y el mensaje para dar a otros a través de una búsqueda
constante de su presencia y un ejercicio pleno de su Palabra.
JI
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