IMPARTE es un ministerio familiar formado desde el corazón de Dios para llevar su mensaje de salvación a toda lengua y nación a través de diferentes manifestaciones artísticas.

lunes, 20 de abril de 2015

¿TRIBULACIÓN = CASTIGO DE DIOS?



Tribulaciones; momentos en la vida en los que no es tan sencillo agradecer a Dios por las circunstancias. Donde, dependiendo de la gravedad, podemos sentirnos avergonzados ante la sociedad, maldecir el día que nacimos, o simplemente preguntarle a Dios: ¿POR QUÉ A MÍ?

Anteriormente, pensaba que la tribulación era un castigo. Que Dios simplemente hacía caer un rayo del cielo para hacer que sus criaturas sufriesen un poco y divertirse con el espectáculo.
Suena horrible, ¿verdad? Sí. Y muchas personas puede que tengan esta u otras ideas cuando de tribulaciones se trata. 

Quiero aclarar que muchas veces Satanás busca la manera de que estemos atribulados, pero de este tipo de tribulación no quiero hablar, sino de aquella que proviene de Dios. ¿Es Dios un ser maligno que disfruta haciéndonos sufrir?
 
En este tiempo, donde mi familia y yo hemos vivido más tribulaciones que en toda nuestra vida, le preguntaba al Señor: ¿por qué estamos pasando por esta situación? ¿Acaso no estamos haciendo las cosas correctamente? ¿Qué más quieres que te entreguemos? Ante nuestras lágrimas y súplicas Dios me habló a través de un sueño. En él pude escuchar diversos libros de la Biblia pero, sobre todo, se hizo énfasis en dos: Job y Deuteronomio. Después de varias semanas comencé a leer el libro de Job. ¡Cuán identificada me sentí ante los lamentos de Job! Parecía que cada versículo hubiera descrito mis pensamientos. Sin embargo, al avanzar en los capítulos 5,6,7 y 8 Dios abrió mis ojos y tocó mi corazón:

En primer lugar, me hizo ver que, a pesar de que Job viviera en integridad y lo tuviera “todo”, no sentía paz. La verdadera felicidad, que solo proporciona el Señor con su presencia y comunión, no la tenía, y simplemente realizaba holocaustos por el pecado de sus hijos. Su moral era impecable, pero esto solo era externo y no del corazón: 

Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía. No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; no obstante, me vino turbación”.
 
Job 3: 25-26 (RVR1960)

En segundo lugar: puede que hayamos conocido a Dios desde hace varios años, nos haya ido bien, y le hayamos hablado y levantado el ánimo a muchísimas personas. Sin embargo, cuando la prueba venga sobre nosotros puede que no sepamos cómo reaccionar. Podemos conocer la Biblia y lo que en ella está escrito, pero no sirve de nada si no la aplicamos en nuestra vida. Solo la palabra de Dios puede animar nuestra alma y corazón en los momentos de mayor duda y desesperación:
 
“Si probáremos a hablarte, te será molesto; pero ¿quién podrá detener las palabras? He aquí, tú enseñabas a muchos, y fortalecías las manos débiles; al que tropezaba enderezaban tus palabras, y esforzabas las rodillas que decaían. Más ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas; y cuando ha llegado hasta ti, te turbas. ¿No es tu temor a Dios tu confianza?
¿No es tu esperanza la integridad de tus caminos? Recapacita ahora; ¿qué inocente se ha perdido? Y ¿en dónde han sido destruidos los rectos?”. 

Job 4: 2-7 (RVR1960)

En tercer lugar: Por supuesto que podemos desahogarnos. Muchas veces no entendemos nuestra situación y abundan las quejas y dudas. Es algo normal. ¿Podemos no entender la situación? ¡Sí! ¿Podemos quejarnos ante aquello que desconocemos? ¡Sí! El problema está en pecar contra Dios con nuestros pensamientos y corazón o herir a nuestro prójimo con palabras necias:

“Las cosas que mi alma no quería tocar, son ahora mi alimento. ¡Quién me diera que viniese mi petición, y que me otorgase Dios lo que anhelo, y que agradara a Dios quebrantarme; que soltara su mano, y acabara conmigo! Sería aún mi consuelo, si me asaltase con dolor sin dar más tregua, que yo no he escondido las palabras del Santo. ¿Cuál es mi fuerza para esperar aún? ¿Y cuál mi fin para que tenga aún paciencia? ¿Es mi fuerza la de las piedras, o es mi carne de bronce?”. 

Job 6: 7-12 (RVR1960)

“¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, y para que pongas sobre él tu corazón, Y lo visites todas las mañanas, y todos los momentos lo pruebes? ¿Hasta cuándo no apartarás de mí tu mirada, y no me soltarás siquiera hasta que trague mi saliva? Si he pecado, ¿qué puedo hacerte a ti, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me pones por blanco tuyo, hasta convertirme en una carga para mí mismo? ¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo, y si me buscares de mañana, ya no existiré”. 

Job 7: 17-21 (RVR1960)


 En cuarto lugar: ¿Prosperara Dios al malvado y al justo lo dejará en soledad? ¿Por qué Dios hace pasar por esas condiciones a sus hijos?

Ante estas preguntas Dios me dio esta respuesta:

“He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso. Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; el hiere, y sus manos curan. En seis tribulaciones te librará, y en la séptima no te tocará el mal. En el hambre te salvará de la muerte, y del poder de la espada en la guerra. Del azote de la lengua serás encubierto; no temerás la destrucción cuando viniere. De la destrucción y del hambre te reirás, y no temerás de las fieras del campo; pues aun con las piedras del campo tendrás tu pacto, y las fieras del campo estarán en paz contigo. Sabrás que hay paz en tu tienda; visitarás tu morada, y nada te faltará”.
 
Job 5: 17-24 (RVR1960)

Desde el principio hemos pecado. Lo que significa que el pecado predomina en nuestro corazón. Por esta razón, cuando seguimos a Jesús algunas de sus peticiones nos parecen extrañas y que muchas veces atenta contra nuestra libertad. No es de extrañar debido a la influencia de una sociedad tan egoísta como la nuestra.

La verdad es que existe un ser supremo que ha creado todas las cosas; las sostiene y las posee. Dicho ser es Dios, el cual fue revelado a los hombres como JEHOVÁ, EL GRAN YO SOY. Nunca seremos realmente felices sin Él. Y que, para que ésta verdad se quede grabada en nuestros corazones Dios debe limpiarlo primero de todo el pecado y la ceguera que posee:

“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios,  y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén”.

Romanos 1: 20-25 (RVR1960)

Las tribulaciones sacan lo peor de nuestros corazones y nos permiten crecer y ver las cosas de otra manera. Puede que en un principio no lo veamos, pero en el futuro lo agradeceremos:

Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”.
Hebreos 12:11 (RVR1960)

¿Acaso torcerá Dios el derecho, o pervertirá el Todopoderoso la justicia?”. Job 8:3 (RVR1960)

¿Crece el junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua? Aun en su verdor, y sin haber sido cortado, con todo, se seca primero que toda hierba”. Job 8: 11-12 (RVR1960)

Cuando pensemos que Dios se ha olvidado de nosotros recordemos siempre esta palabra: 

Ciertamente yo buscaría a Dios, y encomendaría a él mi causa; el cual hace cosas grandes e inescrutables, y maravillas sin número; que da la lluvia sobre la faz de la tierra, y envía las aguas sobre los campos; que pone a los humildes en altura, y a los enlutados levanta a seguridad; que frustra los pensamientos de los astutos, para que sus manos no hagan nada; que prende a los sabios en la astucia de ellos, y frustra los designios de los perversos. De día tropiezan con tinieblas, y a mediodía andan a tientas como de noche. Así libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, y de la mano violenta; pues es esperanza al menesteroso, y la iniquidad cerrará su boca”.

 Job 5: 8-16 (RVR1960)

Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso; Si fueres limpio y recto, ciertamente luego se despertará por ti, y hará próspera la morada de tu justicia. Y aunque tu principio haya sido pequeño, tu postrer estado será muy grande”.

Job 8: 5-7 (RVR1960)
Aún en la tribulación:

Aún llenará tu boca de risa, y tus labios de júbilo.  Los que te aborrecen serán vestidos de confusión; y la habitación de los impíos perecerá”.

Job 8: 21-22 (RVR1960)

Con estas palabras mi alma y mi corazón se han consolado y cada noche las recuerdo. Sé que esta situación no es para mal sino para mi bien. 

He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así; óyelo, y conócelo tú para tu provecho”. 

Job 5:27 (RVR1960)
 
Ahora solo hay que ponerlo en práctica.

D.V

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