IMPARTE es un ministerio familiar formado desde el corazón de Dios para llevar su mensaje de salvación a toda lengua y nación a través de diferentes manifestaciones artísticas.

miércoles, 15 de marzo de 2017

NO TARDA, SÓLO ESPERA UN POCO MÁS

Vivimos los tiempos como cuando Moisés subió al monte a recibir dirección de Dios y El le dio los mandamientos. 

Al volver, Moisés se encontró a un pueblo que estaba adorando una imagen de oro. 

"Y cuando terminó de hablar con Moisés sobre el monte Sinaí, le dio las dos tablas del testimonio, tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios. Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, la gente se congregó alrededor de Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos un dios que vaya delante de nosotros; en cuanto a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido". Éxodo 31:18

Cuantas veces damos por tardanza el tiempo de Dios? Dios calla ante la maldad, la injusticia, la idolatría. Pero no es precisamente por hacerse de oídos sordos. 

Así como cuando Moisés subió al monte y Dios le entregó la base fundamental de las normas de conducta social, sobre las cuales se basan las leyes mortales. Así Dios aguarda hoy, que nosotros su creación, demos un giro en pos de El, nuestro creador, consumador de la fe. 

El "Yo" que vive esta sociedad, donde lo que importa es uno mismo, nos aleja cada vez más de Dios. 

Vivir buscando nuestros propios placeres, deleites, sin importar cómo lo consigo y a quien me llevo por delante, nos recuerda éste episodio del libro de Éxodo.

Cuando Moisés subió al monte a buscar la dirección de Dios, la gente lo esperaba anhelando aquello que Dios le daría o le diría. Pero después dieron por tardanza su demora y hasta por perdido y dejaron de creer y esperar.

Debemos seguir anhelando ese momento glorioso cada día, nuestro Señor lo prometió, El volverá. No seamos como el pueblo de Israel en aquel tiempo, que dieron por perdido el esfuerzo en la búsqueda de Dios. 

Cada día de nuestra vida es una oportunidad para acercarnos a quien nos dio la vida. 

Sigamos manteniendo nuestra comunión con El, en oración, en momentos íntimos de  relación con aquel que se entregó a si mismo por cada uno de nosotros para volver a recuperar la comunión con nuestro Padre. 

Somos sus hijos y nos hizo una promesa: VOLVERÁ 

"He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra" Apocalipsis 22:12



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