Estamos en los últimos
tiempos, tiempos en los que oímos que se aproximan guerras, vemos persecuciones,
hambre en distintas partes del mundo… Este año nuevo que viene trae muchas cosas,
entre ellas el temor a todo aquello que se está anunciando.
“YHVH es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? YHVH es la fortaleza
de mi vida ¿de quién he de temorizarme?”
Salmo 27: 1
¿A qué temeremos?
¿Temeremos de lo que nos
puedan hacer los demás o de lo que podamos padecer?
“Pero el que me oiga, habitará confiadamente, y estará tranquilo, sin temor
del mal”
Proverbio 1: 33
¿Temeremos porque no
tendremos dinero?
“Mirad las aves del cielo, que no siembran ni
siegan, ni recogen en graneros y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No
valéis vosotros mucho más que ellas?” Mateo 6:
26
¿Temeremos porque nuestros
planes no se cumplen, sino que cambian?
“Porque como los cielos son más altos
que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos y mis
pensamientos más que vuestros pensamientos”
Isaías 55: 9
¿De qué temeremos este año
que viene? Si vamos a temer de algo, temamos de Dios, temamos que podamos
perder nuestra salvación por dejarla de lado, temamos que Su iglesia esté sin
mancha, temamos que caigamos en la religiosidad que limita a Dios y lo aparta,
temamos por la vida de aquellos que sufren persecución, temamos por nuestros
corazones y que en ellos esté Jesús y no afanes de la tierra.
Si tememos que sea por todo
esto, dejando así de una vez toda preocupación que nos quiera poner en la
cabeza el príncipe de este mundo y oigamos con fe lo que Dios nos quiere decir.
“¿No
te lo estoy ordenando yo? ¡Esfuérzate pues y sé valiente! No te intimides ni
desmayes, porque YHVH tu Dios está contigo dondequiera que vayas”
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